Mujer de acción
Las palabras no se las lleva el viento. Quedan clavadas en tu mente con forma de incertidumbre e ilusión. Son pequeñas pinceladas de esperanza que, en muchos casos, no se llegan a cumplir. Y que pueden causar en la persona un sufrimiento mayor al de cualquier acción.
Sin embargo, la acción supone certeza. Es la orientación, errónea o acertada, hacia un camino del cual eres consciente y puedes, si lo deseas, volver atrás. Puedes saber que cuando una acción sucede, sea para bien o sea para mal, no te dejará indiferente.
Debes entender también el gran espacio que existe entre unas bonitas palabras y una prometida acción. Esos dos mundos, reales o fantasiosos, en los que tú decides vivir. Pero tan sólo eligiendo uno de ellos podrás ser feliz.
Yo ya decidí, no quiero ser una mujer de palabra, prefiero ser una mujer de acción. Y tú, ¿qué prefieres?